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jueves, septiembre 28, 2006


La tarea que nos corresponde hoy, más que intentar descubrir algo que solo esta en el “corazón” de Dios es preguntarnos si estamos preparados para tan trascendente acontecimiento. Tal acontecimiento es entendido por algunos de manera equivocada. Ciertos sectores del mundo evangélico han sido responsables de interpretaciones terroríficas y poco esperanzadoras. Se han tomado del libro de Apocalipsis para esbozar toda clase de teorías y dispensaciones, que más que enfocarnos en el presente nos cautivan hacia un futuro que parece caótico; hasta para la iglesia. En ves de proponer una actitud responsable y comprometida en el presente con el Reino de Dios.

Creo que una prudente y práctica interpretación de la Escritura nos debería llevar a un entendimiento comprometido con la enseñanza de Jesús. A continuación ofrezco dos aspectos a considerar por aquellos que deseamos aguardar de manera sabia la venida de Cristo:

  1. Una valoración distinta de la vida (Visión de Reino): es necesario evaluar el caminar de la iglesia hoy en función de lo dicho por Jesús.Jesús nos confronto con nuestra realidad y nos dio a escoger: nuestra vida o el reino de Dios. “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mi y del evangelio, la salvará” (Mr.8: 35) El hombre a partir de un encuentro radical con Jesucristo reordena la vida “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2ª Corintios 5:17). Entiéndase la vida como un todo (proyectos personales, sueños, metas etc.). La movilidad de la vida en Jesús cambia y toma un nuevo rumbo. La iglesia se expone a ser marginada y desplazada; ya que este modelo o forma de vida no responde ni satisface la opinión del resto de los seres humanos, al contrario hay quienes se violentan y levantan una palabra contraria al modelo bíblico (incluso dentro de las mismas congregaciones). Sin embargo no por eso debemos plantear paralelamente al modelo bíblico un modo de vida que a poco andar nos significará torcer el surco. (cf. Lc9:62) Somos llamados a conservar la mirada jija hacia delante “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para e reino de Dios” (Lc 9: 62) y una mirada llena de esperanza; pero no ausente de desgracias, que al final de la carrera será recompensada con la corona de la vida. Cuando miramos el quehacer de la iglesia primitiva y de aquellas comunidades radicales Sin lugar a dudas nos da aliento y nos ayuda a refirmar nuestra fe ya que las señales que acompañan a la iglesia de ayer deben ser las mismas que acompañan a la de hoy; señales de un iglesia que intenta cumplir con el mandato supremo aun en medio de las desgracias y crisis que son parte del caminar de la comunidad iglesia. ¿Cuánto has dejado por el proyecto de Cristo? ¿Cómo ejecutas el llamado de Dios en tu vida y en tu contexto? ¿sientes que has sido fiel al reino de Dios? ¿Te sientes contra la corriente? Son algunas de tantas preguntas que nos ayudarán en la comprensión de una correcta visión de las últimas cosas.

Como vemos hasta ahora el tema no necesariamente refiere a cuestiones del futuro sino que al presente y nuestro compromiso con aquel que aguardamos y anhelamos complacer.